A continuación, una transcripción de una nota de Telam contando detalles sobre el desarrollo.
Se trata de un nuevo programa para que los médicos puedan colocar con precisión stent mallados en pacientes con aneurismas cerebrales (ACS), y que está siendo desarrollado por un grupo de hospitales de Europa y supervisado técnicamente por un investigador de Tandil. El software fue utilizado hasta el momento en unos 60 pacientes y está en etapa de validación clínica antes de su lanzamiento al mercado.
Cuando se produce un AC o debilidad en la pared de una arteria o vena del cerebro, una de las soluciones consiste en implantar un stent o segmento de malla metálica para asegurar una adecuada circulación sanguínea y evitar complicaciones (como rupturas) que pueden poner en riesgo la vida.
En la actualidad, el médico debe valerse de su experiencia para estimar la longitud y posición final del stent. La elección del dispositivo se realiza tomando medidas en proyecciones 2D de la anatomía del paciente, sin tener en cuenta gran parte de las irregularidades y variaciones del vaso.
En muchos casos, la selección de ese dispositivo carece de una justificación o criterio fijo “y se basa principalmente en la experiencia del médico intervencionista, o del fabricante y distribuidor”, indicó a la agencia CyTA-Leloir el doctor Ignacio Larrabide, investigador del CONICET en el Instituto Pladema, organismo de ciencia aplicada con sede en Tandil que depende de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires (UNICEN).
Pero el nuevo software FVET (Fast Virtual Endovascular Treatment) crea imágenes 3D, lo que facilita a los especialistas la planificación del procedimiento y la selección del dispositivo.
“Permite determinar, antes de su colocación, en pocos segundos y con elevada exactitud, la longitud final que tendrá el stent en la estructura vascular”, afirmó Larrabide.
El software también ayuda a predecir su posición en el vaso y aneurisma tratado.
“La precisión entre las predicciones realizadas por el software y la longitud final del stent una vez implantado en el paciente fue superior al 93%”, destacó Larrabide.
Los resultados se presentaron en la revista “International Journal of Computer Assisted Radiology and Surgery”.